10.- ¿Serán buenas noticias? Un mal día le espera a Ruth.

Cuando a Ruth se le apagó el móvil sin poder decirle a la madre donde estaba, llegaba Álex por la puerta. Ya no iba a entrar en la habitación e interrumpir al médico. Asique, le dijo a Álex si la podía llevar a casa, que al llegar allí le explicaba lo que estaba sucediendo. A Ruth le dio mucha rabia no poder estar con Adri ni saber el resultado médico. Notaba impotencia, por no poder quedar allí, le daba la sensación de que les estaba fallando a sus amigos... Pero tenía que regresar a casa. La madre estaba muy asustada. Ruth de tan nerviosa que estaba por la noche, se había ido sin avisar ni nada, y no la había llamado. Se le había olvidado. 

Pero por suerte, llegaron rápido a casa, y allí fue a junto a la madre y le dijo que tenía una buena explicación. Se fueron para el salón, los padres, ella y Álex. Se sentaron y ella empezó:

- Papis, lo siento, pero es que ayer me avisaron de un accidente. Y vino Andrea a buscarme para ir al hospital. Se me olvidó por completo llamaros. Lo siento. Fue culpa mía. -Sin querer, se le escaparon unas lágrimas, y Álex la abrazó, para que se relajase.

- Ruth, hija. No te eches a llorar. Que no pasa nada. Ahora, cuéntanos, ¿qué accidente? ¿Qué ha pasado? 

- Diego.. Y Adri..

- ¿Están bien?

- Sí, bueno.. Me tuve que venir cuando te llame. Porque el  médico ya estaba dándole los resultados y no quería interrumpir. Pero supongo que están bien. Diego apenas tenía unos rascazos, y le dolía la pierna. Y Adri, pues estuvo a punto de no salvarse, pero una vez volvió a estar consciente ya estaba con sus bromitas. Le dolía el cuello, y el pecho, ya que se había clavado cristales... Espero que le den el alta pronto a ambos y que estén bien.

- Buf, hija, si lo supiera, no te habría llamado. Y ahora estarías con ellos...

- Ya, no pasa nada...

Ruth estaba temblando, tenía ganas de volver al hospital. No sabía si decirle a Álex, que gracias a ella, Adri había vuelto en sí. Decidió callarlo. Y se fueron para el sofá. Le dio las gracias por ir al hospital, y por acercarla a casa, y le dijo: Mira, no quiero darte ilusiones, y menos ahora, con el accidente me di cuenta de que a pesar de todo, lo quiero mucho... A Adri. Y no quiero perderlo... A lo mejor, estoy confundiéndome. Pero ... Álex le cortó, y le dijo: Boba, no te preocupes, sé que tú y él os parecéis mucho, y me da igual, yo seguiré estando aquí, lo intentaré. Y si acabes con él, no me importará, es tu elección, me alegraré, pero lucharé porque sea yo a quien escoges.

Se dieron un abrazo. Ruth estaba cansada. Tanto que se quedo dormida entre sus brazos.

Su móvil empezó a sonar, pero estaba demasiada metida en el sueño, que no se enteró. Adri lo cogió, era Carla

- ¿Si?

- ¿Ruth? ¿Está Ruth?

- Carla, soy Álex, está dormida, ¿qué tal los chicos? Ruth tuvo que marcharse para casa porque no había avisado a los padres...

- Ahh, vale. Pues mira, los chicos están bien, ya le dieron el alta. Dile que luego me llame, y le digo los resultados a ella.

- Vale... 

- Gracias, chao.

- Chao.

Álex no quiso despertar a Ruth, estaba tan bonita mientras dormía, tenía una sonrisa especial. Y parecía que estaba durmiendo genial. Iban a ser las 2.30, era sábado, y solían comer tarde. La madre estaba terminando ya la comida. Ruth parece que olió la comida, que se despertó rápidamente y lo primero que preguntó fue: ¿Qué hay de comer? La madre desde la cocina contestó: Pasta con atún. Ruth se moría de hambre.

Álex dijo que se iba a ir, pero el padre de Ruth le invitó a comer de nuevo, y aceptó.

Le dijo a Ruth que Carla había llamado, que los chicos ya tenían el alta, y que cuando pudiese que la llamase. Ella dijo que vale, que después de comer hablaría con ella.  

Se pusieron a comer. Ruth comentó que los chicos ya tenían el alta. Y que después sabría los resultados. Comió rápido. 

Habló un poco con Álex, él se tenía que ir. Y quedaron en verse más tarde. Ella llamó a Carla, las noticias no eran muy malas. Diego tenía  una pequeña contusión en la rodilla, le habían mandado andar con muletas un par de días, para no apoyar el pie. Y a Adri le había dicho que tenía otra contusión en el cuello, algo más grave que la de Diego, le pusieron collarín. Le vendaron el pecho. Y le dijeron que no hiciera movimientos bruscos. Esa misma tarde ya se veían de nuevo. Recordó que tenía que hablar con Adri de lo que estaba pasando. Necesitaba aclarar ideas. Necesitaba tomar decisiones. Se relajó un poco, y se fue para la ducha. Es sábado joder, estoy harta de lo que está pasando, dijo ella. No quedó con nadie. Al terminar de ducharse y vestirse cogió su nuevo skate, y los sprays, y se fue ella sola para el puerto. Necesitaba apartarse del mundo antes de ver a nadie. Eran las 4.30 cuando llegó allí. Empezó a dibujar, cuando está estresada expresa todo lo que siente en las paredes, lo hace genial. Cuando ya llevaba medio graffiti decidió llamar a sus amigas, decirle que bajasen al puerto. Que ella ya estaba allí, y que las esperaba allí. Así fue, a las 5.30 llegaron todas. Y allí estaba Diego con sus muletas, y Adri con ese collarín. Al poco rato, vino Álex con su moto.

Ruth no sabía que hacer. Fue a junto de Álex, le dijo que iba a hablar con Adri y ver que pasaba. Él le dijo suerte, y que no se precipitase con lo que fuese a hacer. Antes saludó a todas, y después le gastó una bromilla a Diego. Luego se acercó a Adri, que ya estaba pegado al móvil. Le dijo que tenían que hablar. Él le dijo que vale. Se separaron un poco de los demás, se sentaron en un pequeño banco de piedra, y ella no sabía por donde empezar.

- Mira... Que como te puse en el SMS, ya me acordé de lo del sábado. Y eso trae consecuencias...

- Ruth. Yo ya sabía lo que había pasado, no te lo quise decir, por si no te gustaría recordarlo...

- Da igual, si te soy sincera  me ha encantado recordarlo, y lo repetiría... Pero..., ¿sabe? La regla no me ha bajado. Y me tenía que haber venido el 26.. Espero que sólo sea un pequeño retraso. No puedo estar embarazada, joder.. Y menos de alguien como tú. 

- Joder... No te preocupes, no creo que lo estés. Ya verás. Y bueno, a mi sí que me encantaría repetirlo...

- Shhh, no he terminado... Sigues fallándome. No me demuestras nada. _Le dio esa bofetada que le había prometido. Y luego lo abrazó. Lo estaba deseando. Se echó hacia delante, y puso su cara entre las manos, apunto de llorar. Estaba muy sensible estos días.

- Ruth, te quiero.

- No me vengas con mentiras. ¿A mí y a cuántas más?

- Buf, a ti. Sola.

- No te creo, deja de mentirme, porque hoy me dirás esto, y mañana vendrá otra amiguita y ya estarás ligando... Eso no lo soporto. 

- Que no. Que tú eres diferente a todas. Pero..., no quiero herirte...

- Pues ya lo hiciste. Y nunca antes había pasado por esto. No quiero enamorarme, y volver a terminar mal. Y contigo, es lo que va pasar... 

- Te prometo que conmigo no pasará eso...

- No prometas cosas que no puedas cumplir.

Él le dio otro abrazo. Le iba dar un beso. Pero al acercarse a su boca, ella le negó el beso. No quería caer, le dijo que si no le demostraba las cosas, la perdía. No iba gastar su tiempo llorando por él...

Ella, como siempre, haciéndose la fuerte, pero en el fondo, lo que quería era volver a besarlo, y desaparecer con él, donde nadie los molestase, donde no existiese otra.

Por desgracia, él no dejaba de jugar con ella. Había otras muchas más. Él la quería, pero no quería atarse a nadie, él también tenía miedo a fallar. Ambos estaban perdidamente enamorados, pero ninguno daba el paso, ninguno lo quería asimilar. Así, los dos terminarían con la persona equivocada.. Así se perdían poco a poco. Adri no veía como sufría ella. Y ella, no dejaba de pensar en él...

Esta tarde Ruth no volvió a ser la misma. Y es que en ese mismo día todo cambió. Eran las 7, y una chica llegó al puerto. Adri le fallaba de nuevo

Esa chica nueva era Elisabeth. Nadie la conocía. Carla dijo que la había visto hablar con Adri más de una ocasión, pero no sabía quien era. Eli, así la llamó Adri, era una compañera de él. Ella fue directa a su lado, le dio un abrazo, y le preguntó cómo estaba. Se apartaron. Ambos estaban tonteando. Ruth flipaba, estaba terminando el graffiti, pero no pudo. Dejó los graffitis y cogió su skate, se fue. Sola. En el puerto había un lugar donde le encantaba ponerse a reflexionar, un lugar donde le encantaría desaparecer por completo, entre las rocas, entre las olas. 

Adri vio que se fue, ya sabía que le estaba fallando de nuevo. Pero la dejó ir sin decirle nada. Al paso de un rato, tuvo el detalle de presentarles a las chicas su amiga. Todas estuvieron hablando. Eli preguntó por la chica que se fuera, comentó el graffiti de Ruth, dijo que estaba quedando bien, y que le gustaría conocerla. Eran las 8.30, Ruth llevaba mucho tiempo perdida. Adri se estaba sintiendo fatal. Las amigas empezaron a preocuparse, la llamaban y no daba señal. No sabían que hacer. Álex se había cabreado, porque sabía que Ruth se fuera por la llegada de Eli. Y necesitaba ir a junto Ruth, pero nadie sabía donde estaba.

Fue al lado de Adri y le dijo: ¿Y ahora qué? Esto es por tu culpa. Y luego dices que le vas a demostrar las cosas. No sé por qué se tuvo que fijar en ti, puto cabrón.

Y sin darle a tiempo a que contestase, se largó. Cogió su moto, y a toda velocidad se recorrió el puerto entero en busca de Ruth, pero nada. No había rastro. Empezaron a preocuparse más. Las 9 y seguía sin dar señales. Todas se tenían que ir. Álex también. Esa noche por mala suerte tenía una cena. Esperaba tener noticias de ella cuanto antes. Se despidió de todas y les dijo que cuando supiesen algo que lo llamasen, y que a ver si se veían a la noche de fiesta.

Todas se fueron a casa. Diego quedaba en casa Carla, ya que el coche lo tenía en el taller por el golpe, y hasta la semana no lo tendría... Ana iba a ir con Ruth, pero como no apareció, tuvo que irse sola para casa. 

Andre la acercó a casa, a ella, a Mónica y a Paula. Eli se había marchado antes. Y Adri, se quedó allí, sólo. Sintiéndose mal... Viendo el graffiti de Ruth, en el que expresaba dolor. A las 9.30 aun no había aparecido Ruth, y él se fue, pero no a su casa. Caminó hasta casa de Ruth, y allí se quedó, esperando a que ella apareciese. Se sentía culpable... ¿Y si le había pasado algo?

Las 10 menos  5 y ahí aparece Ruth. Con cara de muerta. Los tennis mojados, el pelo despeinado. La ropa casi destrozada. Y con más de un rascazo en las piernas.

 ¿Qué le había pasado?

A Ruth le gustaba el riesgo, y no era la primera vez que se iba a las rocas, y le pasaba lo mismo. 

Tanto riesgo era malo cuando tenía mil pensamientos juntos. Porque se desconcentraba, y perdía el equilibrio entre las rocas. Hacía más de un año Ruth había perdido a alguien muy querido en el mar, siempre se echó las culpas, y nunca es capaz de olvidarlo. El mar y las rocas le traen demasiados recuerdos... Meses después de ese suceso, ella casi se tira. Quería irse de ese mundo. Pero por suerte, no hizo esa locura, una extraña presencia hizo que se quedase quieta, y no se tirase al mar. 

Y esta vez, pasó algo parecido, pero el susto había sido peor. Se había metido entre unas rocas inaccesibles, y en una de ellas tropezó, la marea estaba subiendo, y se calló al agua. Por suerte, no se dio un golpe en la cabeza, no sabe ni ella como hizo para salvarse. Estaba totalmente mojada, las piernas llenas de rascazos. No sabía como explicaría eso al llegar a casa. Por eso esperó a que secase su ropa. Iba a avisar a las chicas que no la esperasen, pero el móvil se había quedado sin batería. Cuando vio que iban a ser las 10 se puso camino a casa, y no se imaginaba encontrarse con Adri allí, esperándola. Tendría que contarle lo que había pasado. O quizás mentirle. Ya que él le había fallado una y otra vez, sin pensarlo ya sabía que contar.

 - Ruth, tía. ¿Dónde te habías metido? ¿Qué te ha pasado?

- Imbécil, no creo que te interese. ¿Qué ostia haces aquí? Vete con tu amiguita, en serio. Ya no pienso seguir así por ti.

- No te pongas así. Dime, ¿qué te ha pasado?

- Nada, me he caído del skate, me he llevado la ostia del siglo... Son cosas que pasan cuando vas de mal humor y a mucha velocidad. Estoy bien. Márchate. No quiero verte aquí.

- No me creo eso. Mira como estás.

- Pues okey, piensa lo que quieras. Da igual lo que me ha pasado...

- Si estoy aquí es por algo Ruth. Porque me importas.

- Pues no dices lo mismo cuando estabas con la otra.

- Se llama Eli. Y...

- Pues vale, con Eli. Ala adiós .

- Joder.

Ruth no quería aguantarlo más. Abrió la puerta, entró y subió para su piso.

Adri estaba destrozado por dentro, estaba haciendo todo mal. Sin darse cuenta, la estaba perdiendo, antes de tenerla. Tendría que cambiar demasiado para conseguirla.

Ruth llegó a casa, y sin que la madre la viese, se metió en su habitación, se puso el pijama, fue al baño e intentó disimular todos esos rascazos, se echó cremas y de todo. Se peinó y luego se fue para el salón. Allí se tiró en el sofá. Conectó el móvil al cargador, y lo encendió. No dejaba de vibrar, tropecientas llamadas perdidas de sus amigas. Y otros tantos mensajes en WhatsApp de Álex y Diego y algún SMS de Adri. Lo primero que hizo fue mandar un WhatsApp colectivo a sus amigas: Chicas, lo siento. Estoy bien, estoy en casa, a la tarde no podía quedarme a ver el numerito de Adri después de lo que habíamos hablado, no creo que salga. Nos veremos mañana, como siempre, 5 en el ''White'' Os quiero. Y le mandó otro a Álex: Amor, lo siento, por lo de irme y no volver... Espero verte mañana, porque no hoy no salgo. Te quiero.

Álex ya estaba en una cena, al leer eso la iba llamar... Pero no podía. 

Las chicas no dejarían que Ruth se quedase en casa. Y a las 11.30 aparecieron en su casa, y la obligaron a prepararse. 

Esa noche tenía que salir, y despejar la mente. Ana le dijo una y otra vez que pasase de Adri, y que atendiese a Álex, que era mejor partido. Que Adri no era más que un cabrón, que sólo tonteaba con todas... Y Ruth, decidió hacerle caso. O por lo menos intentarlo.

Esa noche tenía que ser tan grande como el anterior sábado, o por lo menos, parecida. Asíque se preparó rápido. Cuando estaban saliendo de casa, empezó a sonar el teléfono, Álex. A Ruth se le vino una sonrisa.

- Dime

- Ruth, ¿cómo que no sales? Quiero verte.

- No te preocupes, vinieron las niñas a buscarme. Estamos saliendo de mi casa. Nos vemos en la discoteca dentro de un ratito. Te quiero.

- Así me gusta corazón. Yo más.

La noche empezaba. Pero pasaría de todo otra vez. Adri no desaparece del corazón de Ruth por más que ella lo intente, y Adri seguirá haciendo promesas que se las llevará el viento...

El alcohol, les hará jugar malas pasadas de nuevo, a Ruth principalmente...