Ya era miércoles, miércoles 11 de Julio. Iban a hacer ya una semana en Barcelona. Las chicas deseaban que fuese ya viernes, para volver a salir a la noche. Aunque siendo verano, podían salir todos los días, pero no era lo mismo. Las chicas empezaron a despertarse poco a poco. A las 11 Luci y Brais ya estaban abajo, preparando el desayuno para todas, y a y media las fueron a llamar para que bajasen.
Los hermanos habían hecho tortitas para desayunar. Tenían sirope de chocolate y nata para que les echasen si querían. Y luego tenía leche y café quien quisiera. Moni se tomó su taza de café con leche. Ruth y Ana se comieron casi todas las tortitas entre las dos. Andre prefirió tomarse un zumo sólo. Una vez terminaron no sabían qué hacer esa mañana. Los padres como de costumbre habían salido. Nunca andan en casa por la mañana. Brais les dijo de ir a Port Aventura y comprarse unas entradas para ir al akuapark, como le habían dicho a Rubén. Ruth prefirió mandarle un WhatsApp y decirle que le reservasen una entradas, Rubén le dijo que para esa tarde ya no quedaban... Que si iban mañana mejor, porque los jueves tenían descuento. Asique, Ruth le dijo que no había problema, reservó para ella y todos los demás, incluido Ángel.
Después de haber hecho los planes para el día siguiente, seguían como al principio. Sin saber qué hacer ese día. Pasaban diez minutos de las 12. A Ruth y Brais les vibraban los móviles, era Ángel reclamándolos por WA, quería saber dónde estaban para saber si salían a la mañana, ya que él andaba por allí en bici. Dijeron de ir a dar una vuelta en bici todos, ya que tenían bicis de sobra por casa. Le contestaron a Ángel y le dijeron que pasase por allí en breves, que lo esperaban. No tardó en llegar, y todos se fueron de paseo en bici. Fueron por la playa.
Pararon un rato, compraron un helado en un kiosko que había al lado, se sentaron a ver la gente que por allí andaba y a hablar de lo bien que se estaba. Ese día no hacía tanto calor como de costumbre. Se estaba bien, ya que había una brisa que era fresquita y se agradecía. Se les pasaron las horas, siguieron andando en bici, enseñándoles lugares a las chicas, para que se familiarizasen más con Barcelona.
Aquello era bonito, cada zona, cada espacio, era perfecto. Tan diferente a La Guardia. Cada día que pasaban allí, menos ganas tenían de volver.
Brais se le ocurrió llevarlas a un sitio, un buen sitio donde graffittear y patinar, pero entonces pensó que sería mejor dejar eso para la tarde, porque ya estaba llegando la hora de comer, y por mucho que llevase a las chicas allí, no habían traido las pinturas ni los skates.
Ruth y Luci dijeron que ya estaban cansadas de andar en bici, que mejor irse para casa. Ángel les dijo que se iba ya también, y que a la tarde a lo mejor no podía quedar, porque tenía que cuidar de su hermana, que su padre se iba y la madre no estaría en casa. Asique, que no contasen con él. Ruth le dijo que esperaba que mañana sí que pudiese quedar, debido a las entradas de Port Aventura. Él le dijo que no había fallo, que el día siguiente estaría con ellos. Se despidió de todos, se acercó a Ruth y le susurró que la quería, besándola después.
Después de irse Ángel, y descansar ellas un poco, al ya no estar cansadas, se pusieron en marcha y regresaron a casa, puntuales para comer. De hecho, ya estaban poniendo la mesa, y los padres a punto de llamarles para saber dónde estaban. Pero no fue necesario. Al llegar a casa dejaron las bicis, se lavaron las manos, se pusieron en la mesa, encendieron la tele. Y a los cinco minutos ya estaban comiendo.
Al terminar Brais le dijo la idea a su prima, sólo a ella para ver qué le decía, ella ya estaba emocionada. La verdad es que tenía ganas de ir a andar en skate y ver a gente también. Y después pintar las paredes, dejando huella. Subieron ellos a la habita y el primo le enseñó todos los sprays que él tenían, luego ella quitó los suyos de su maleta. El skate ya se loa había enseñado. Decidieron salir a las 4, pasar por casa de Pau y así ir todos.
Bajaron al salón, y le contaron a las demás el plan de esa tarde, Ana también quería andar en skate, quería aprender, ya que Ruth le había enseñado alguna vez, pero nunca se pusieran en serio. Por suerte, Brai tenía más de un skate, y no se molestó en prestarle uno.
Llegadas las 4 salieron de casa y se pusieron de camino a la de Pau, llegaron allí sin avisar, pero por suerte tanto ella como Carla estaban listar para salir, estaban a punto de marchar e ir a su casa.
Salieron y el sitio que conocía Brais aún quedaba lejos, a unos 20 minutos si fuesen en bici, pero las chicas no quisieron, asique, tardarían más de media hora, no mucho más, dependiendo el paso que llevasen.
Por fin llegaron, allí no había mucha gente aún. Ruth se puso a hacer el tonto con el skate. Brais dejó la mochila con los sprays en una esquina, y también empezó a saltar con el skate. Ana intentando imitarles, pero a cada rato se caía. Las demás empezaron a sacar fotos, Pau era excelente con la fotografía, se había traído su cámara Canon.
Como Ana no daba hecho, desistió, a parte estaba cansada, se sentó encima del skate, y empezó a hacer el tonto, Ruth, rápido se cansó también y se puso con Ana.
Estuvieron haciendo el idiota mientras Brais seguía perfeccionando con los saltos y las demás seguían posando para la cámara. Así se les pasaba la tarde, sin darse cuenta, ya iban a ser las 6. A Brais le parecía raro que no llegase gente aún, aquello siempre suele estar lleno de skaters. Pero nada.
Una vez se cansó su primo de andar a saltos, Ruth le dijo de hacer un graffitti, mejor que el primero que habían hecho. Lo hablaron antes de empezar, teniendo un boceto en mente. Y luego empezaron a coger los sprays y a ponerse manos a la obra. El que habían hecho esta vez les llevó más tiempo, era más grande, más difícil, necesitaban mucha compenetración, la tenían. Y sin duda, genial, perfecto les quedó. Las demás estaban flipando, aquello era una obra de arte. Ahora ya habían más gente allí, y se habían quedado viendo para el graffitti que habían hecho. Los dos se pusieron rojos al ver a tanta gente de repente. Pero aún así, Ruth quería seguir pintando, Brais dijo que siguiese ella sola, pero entonces le dijo a una de ellas que se animase, esa fue Pau. Se pusieron a ella, no fue gran cosa, ni lo mejor del mundo, comparándolo con aquel que acaban de hacer, pero tampoco estaba tan mal.
Iban a ser ya las 8, tenían sed y ganas de comer algo. Asique, cogieron las cosas y se fueron camino a casa, pararían en una cafetería a tomarse algo antes de llegar a casa. Entre tantas que había, elegirieron una cualquiera, volvieron a entrar en la que habían desayunado el otro día. Pidieron unos refrescos, y unas volvas de snacks. Al terminar marcharon para casa. Ese día había sido bastante agotador. Ruth estaba deseando ir para cama.
Llegaron a la casa de Pau, se despidieron, quedaron en verse al día siguiente para ir a Port Aventura. Que estuviesen listas sobre las 11, ya que irían todo el día. Al poco rato llegaron a casa. Pasaban 20 minutos de las 9, aún quedaba bastante para la cena. Las chicas se dieron una ducha, Ruth acabó rapidísimo, se tiró en el sofá, y quedó dormida un rato. A la hora de cenar, la despertaron.
Se pusieron a cenar, y al terminar no quisieron ni ver la tele ni nada. Subieron a sus cuartos y se metieron en cama. Ruth cogió el móvil y al ver que tenía un WA se acordó de Adri, que no lo había llamado. Sólo le había mandado: ''Tonta, te quiero.'' Asique, ella le contestó: ''Y yo, perdón por no haberte llamado, hoy estoy agotada, mañana te cuento, porque me voy a dormir. Un besito.'' Decidió poner el móvil en absoluto silencio, porque si le empezaba a vibrar ahora sabía que no se quedaría dormida. Adri es el típico que le hace quedarse despierta por mucho sueño que tenga encima.
Una vez dejó el móvil en la mesilla, Luci puso la alarma para las 10 y se pusieron a dormir. Apenas pasaba media hora de las 11, tenían tiempo de sobra para descansar. El día siguiente también iba a ser debastador.
Otro día se acababa. Llegaba ya el jueves.
Una historia de amor. Donde juegan 3, y una pierde. Donde el orgullo es fuerte, donde el amor es débil. Donde la distancia destroza. Pero donde la fiesta no falta y donde aparece lo paranormal para darle un toque de miedo y suspense.
Sigue la novela.
~Adri, Ruth y Ángel~
Tres pequeñas piezas de un círculo amoroso que nos llevan a su mundo. Que desencadenan una larga historia de amor. Amores prohibidos, amores equivocados, amores reales.
Tanta lucha, tanto amor, tantos sentimientos.
El orgullo, la distancia, los celos, las mentiras... Harán que Ruth pierda su cabeza, y no sepa que hacer con su vida amorosa. Echa un lío, no sabrá que hacer y acabará tomando decisiones equivocadas.#
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