Sigue la novela.

~Adri, Ruth y Ángel~

Tres pequeñas piezas de un círculo amoroso que nos llevan a su mundo. Que desencadenan una larga historia de amor. Amores prohibidos, amores equivocados, amores reales. Tanta lucha, tanto amor, tantos sentimientos. El orgullo, la distancia, los celos, las mentiras... Harán que Ruth pierda su cabeza, y no sepa que hacer con su vida amorosa. Echa un lío, no sabrá que hacer y acabará tomando decisiones equivocadas.#

jueves, 25 de octubre de 2012

14. Maletas y Barcelona les espera *_*

Los rayos de Sol les empezaban a molestar, apenas eran las 7.30, y ya se empezaban a despertar. Ruth apenas había dormido, pero le daba igual, lo poco que había dormido le había sentado genial. Esa noche con Álex fuera especial. Quizás era la emoción de irse a Barcelona, o quizás que se estaba olvidando de Adri. Aunque en el fondo estaba deseando que él se molestase en querer arreglar las cosas antes de irse, y demostrarle que sí que valía la pena y que ella no se equivocaba. Era miércoles ya. En cuanto todos se despertasen tendrían que ir despidiéndose, posiblemente no tendrían tiempo de volver a verse... Aún no lo sabían. Ya estaban a miércoles. Y las chicas tenían que prepararlo todo.
Ruth ya llevaba un buen rato despierta, los demás eran unos dormilones que no daban despertado, todos se habían girado para que los rayos no les diesen en la cara y seguir durmiendo. Ruth se fue al agua, y al poco rato Mónica y Ana se despertaron y bajaron a ver donde estaba Ruth. Estuvieron las 3 en el agua. Su primer baño matutino. Que bien les sentó. Para no despertar a los demás, se quedaron ellas 3 allí abajo, hablando.
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Moni les dijo que tenía que contarles algo. Algo sobre Carla, algo que les cambiaría sus opiniones, algo que cambiaría sus amistades. Moni les contó que esa misma noche mientras estaban algunos en las toallas y otros en el agua, Carla estuvo hablando con Diego y Adri, diciendo que Ruth era una falsa y que no era un buen partido. Adri había dicho que quería hablar con ella, pero Carla le dijo que no merecía la pena, porque ella no servía para nada. No era más que una guarra que jugaba con todos los tíos y que haría lo mismo con él, que pasase de ella y quedase con Eli. Ruth estaba flipando, no se lo esperaba de su amiga. Moni le contó muchas cosas más, resulta que la amistad de Carla no era más que una pura farsa. Carla había jugado con las 3, porque no era la primera vez que hablaba mal de una cuando faltaba. Ruth se enfadó. Se enfadó consigo misma por haberse dejado manipular por una niñata que no merecía la pena. Las 3 estaban algo frustradas. Ninguna imaginaba que su amiga fuese así, estuvieron hablando muchísimo tiempo. Eran ya las 10.30 cuando terminaron de contar todas las mentiras que cada una sabía.  Ruth sabiendo eso no querría celebrar su cumple con Carla, y quería llevarse a Mónica con ellas. Asique, ese mismo mediodía le pediría a sus padres una y otra vez poder llevarla. Decidieron subir a las toallas, y despertarlos para ir marchando. Pero antes querían hablar con Carla. Llegaron arriba y Adri estaba despierto. Ruth pensó en lo que había dicho Carla de ella y casi se le vienen las lágrimas. Fueron las 3 a junto suya, y la despertaron. Le dijeron que tenían que hablar con ella, de ir a dar una vuelta por la playa. Así hicieron. Hablaron las cosas, Carla negó la mitad, sabiendo que todo eso lo había dicho. Negó delante de Ruth que ella nunca le había hablado mal de ninguna y así con las demás. Las tres estaban con la boca abierta. Le dijeron que dejase de creerse la mejor, y que dejase la falsedad atrás. Carla tenía aires de superioridad, y eso a Ruth no le agradaba. También se creía la más fuerte y la dictadora, por así decirlo. Pero el carácter de Ruth cuando está de mal humor supera a todas, y cuando ella empezó a subir su tono y a hablar bruscamente Carla estaba asustada. Las mandó a la mierda, dijo que no servían como amigas. Ruth dijo que se estuviera callada. Ella sí que la mandó a la mierda. En ese momento le soltó una bofetada, Carla pensó que nunca le haría eso. Pero a Ruth no le van esas cosas, la falsedad, las mentiras... Y sobre todo, a Ruth le daba igual tener una pelea con ella sabiendo todo lo que había dicho.
Carla no se atrevió a tocarla, sabía que Ruth tenía razón y que terminaría peor si seguía la pelea. Paula se había despertado minutos antes, y las estaba buscando, estaba preocupada. Allí venía Carla, sola, con la mano en la mejilla, acariciándola. Le había dolido la bofetada. Y más atrás venían las demás. Carla fue con mentiras de nuevo a junto Paula, pero ella no le creía. Esperó a que llegasen las demás, y les contaron las dos versiones. Carla estaba tirando con todas. Carla se quedaba sin amigas por quererse sólo a ella y no intentar rectificar sus errores. Ruth le dijo a Andrea de marchar ya. Empezaron a recoger sus cosas. Le dijo a Álex que en cuanto tuviese tiempo quedaban un rato para despedirse mejor. Y a los demás le dio unos abrazos enormes a todos, menos a Adri, ya que se lo rechazaría. Pero no fue así, Adri al ver que ellas habían discutido y que estaban en contra de Carla, le dijo a Ruth: Lo siento, pásatelo bien allá. Espero que al volver podamos hablar mejor las cosas, tengo demasiado que contarte... Ella sólo le dijo: Vale, no pasa nada. Y él se acercó para darle el abrazo. Una vez se habían despedido Ruth le dijo a Moni que fuese con ellas a su casa, y montaron ellas y Ana en el coche de Andre, y se pusieron en marcha a casa de Ruth.
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Iban a quedar en casa de Ruth a comer, y a la tarde irían empezando a preparar las cosas. Pero antes intentarían convencer a los padres para que Mónica pudiese irse con ellos. Iban cantando como locas en el coche, Melendi, les encantaba. Ruth deseaba poder ir su concierto. Y las demás también. Rápido llegaron a casa. Y allí estaba Marcos, el padre. Ruth fue a junto suya y le dijo que tenía que pedirle algo. Marcos ya le dijo que sin pasarse. Llegaba justo la madre por la puerta del salón, y dijo: Buenos días pequeñas, ¿hay  reunión? Las chicas se rieron, Ruth le dijo que escuchase lo que le iba contar. Empezó a decirle lo que había pasado en la playa, las chicas le ayudaban con la historia. La madre estaba confundida, a la madre Carla no le había caído muy bien y siempre le decía a Ruth que tuviese cuidado con ella. Después de contarle todo el padre dijo con tono humorístico:
- Esta niña, pequeña pero matona, sale a su madre. Y se rió.
Irene le dio una colleja y luego le besó la mejilla. Ruth dijo:  Escenitas de amor en privado, por favor. Todas se empezaron a reir. Y el padre dijo: - A ver, ¿qué querías pedirme?
- Pues nada papi, que con esto, Mónica no puede quedarse aquí, con ella es con quien más jugó... Y no quiero dejarla sola... Te pido por favor que hables con los primos e intentes hacer lo posible para que pueda venirse. _Vio para la madre y siguió_ Y a ti, mami, te pido de rodillas que convenzas a la madre, ya que tú te llevas bien con ella también.
Marcos le dijo que visto lo visto, dijo que vale. Pero que ella era quien tenía que mojarse y pedírselo al tío. Que él lo llamaría pero que ella tenía que encargarse de pedírselo. A ella le daba igual, tenía el don de convencer a cualquiera. Así fue, el padre llamó y al instante le pasó el móvil a la hija:
- ¡Primo José! Aquí al habla tu primita pequeña más lejana, que te quiere pedir un favorcete enorme...
- A ver pequeña, tenemos ganas de ver que mayor estás ya. Pide, que seguro que no te digo que no.
- Yuju, pues es que mi papi dijo que sólo puedo llevarme a dos amigas, pero es que yo...
- A ver, no sigas. ¿Quieres traerte al novio también? Eh, pillina.
- Primo... Sh! No... JAJA.
- Estaba bromeando, bueno, no. Pero ya que no es eso... Dime.
- Que tengo 3 amigas a las que no quiero dejar aquí a ninguna, y es si puedo llevarlas a las 3, no sólo a dos.
- Oh. Pues claro. Aquí hay habitaciones de sobra. Y sabiendo como sois las chicas seguro que quereis una habitación para las 3...
- Mira como conoces a tu primita.
- Pues claro, es cosa de familia. A que no te acuerdas que tengo una hija de tu edad casi, del que tu padre siempre se olvida...
- ¿Qué? Buah. era... ¿LUCÍA?
- ¡Sí! Tiene un año más que tú y luego está Brais, que va cumpli 21 a finales, como tú.
- Buf, calla. Tengo ganas de ir ya. Y ver como son, porque desde hace años que no os vemos.
- Ya. Desde que tú tenías 9 añitos.
- Que rápido pasa el tiempo. Bueno primo. El viernes estaremos ahí. Muchísimas gracias. Tengo que dejarte, ¿quieres hablar con mi padre o ya está?
- De nada pequeñita. No no hace falta. Hasta viernes a la mañana. Chao. Saludos y besos.
- Igualmente primo. Chao.
Ruth colgó y empezó a gritos y a saltos.
- ¡¡¡Bieeeeen!!! Mónica vamos ya a tu casa. Puedes venir. Mi primo es el mejor.
- Guay, espero que mi madre me deje.
Irene les dijo: Chicas, tranquilas. Venís conmigo a hacer la compra y luego vamos por casa de Moni y seguro que la deja venir.
Así fue. Acompañaron al Super a la madre de Ruth, compraron la comida para ese día. Y al terminar fueron a hablar con la madre de Moni. No hubo mucho problema, la madre de Mónica confiaba en la de Ruth, y estaba de buen humor, asique, dijo que sí sin reproches. Todas estabas contentísimas... Y con unas ganas de irse. Ese día y el siguiente tenían que preparar todo. Al convencer a la madre de Moni, como aun era temprano, las 12, y hasta las 2 no iban a comer, decidieron quedar en casa de Moni y que hiciese ella la maleta con la ayuda de sus amigas. Así después iban a comer a casa de Ruth y a la tarde harían las demás.
Se pusieron manos a la obra. Moni no sabía por donde empezar, estaba tan entusiasmada, la madre la dejaba ir, iba ser genial. Metió un montón de camisetas, tropecientos shorts, alguna que otra chaqueta y jersey, era verano, muchas no iba necesitar. Mucha ropa interior. Y sin olvidarse del neceser con sus pertenencias de aseo. Estaba casi lista, ya era la 1.30, qué rápido se les había pasado el tiempo. Llegó a la habitación la madre, le dio 350€, y con lo que ella tenía ahorrado, llevaba casi 500€. No le faltaba nada, y se fueron a casa de Ruth. Ya olía a comida. Dijeron las 4 a la vez: Mmm, ¡pizza!
Se sentaron un poco a ver la tele. Pero no daban nada. Iban a ser las 2, la madre estaba poniendo la mesa. El padre cortando la pizza. Las chicas se sentaron a la mesa. Las dos, empezaban los Simpsons. Y empezarona comer. La madre dijo: Chicas tenéis una sonrisa encima que estais divinas.
Ellas le sonrieron y siguieron comiendo. Rápido terminaron la pizza.
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Le dieron gracias por haberlas invitado a comer, y le dijeron a los padres que la pizza estaba riquísima. Tomaron un yogurt cada una. Se lavaron los dientes. Y Ruth empezó a hacer su maleta. Andre ya la tenía hecha, tenía su maleta en el coche. Desde que la había avisado del viaje, la había preparado. Asique, sólo quedaban Ruth y Ana. Ruth poco tardó en hacerla, metió toda su ropa nueva que se había comprado la semana pasada. Y alguna más, sabía que allá su prima le dejaría ropa también y que irían también de compras. Metió su skate también, y sin duda en una mochila aparte metió todo ropa vieja y los botes de pintura para hacer graffitis, no podía ir a Barcelona y no dejar su huella. En menos de una hora ya tenía la maleta hecha. Asique, fueron a casa de Ana, y ella hizo su mochila. Tardó tanto como Moni. No sabía que llevar, pero la verdad daba igual, con tanta ropa que llevaban todas, se turnarían los conjuntos. Haciendo la maleta de Ana, Moni se acordó de que no había metido tacones, y Ruth igual. Asique, al terminar, tuvieron que volver a casa de Moni, metió lo que le faltaba. Y todas se olvidaban de algo, de los bikinis. Pero es que decidieron no llevarlos. Las 4 tenían el mismo estilo de bikinis, al igual que Carla, asique dijeron que lo primero que harían al llegar a BCN sería ir a comprarse unos bikinis nuevos.
Se les pasó la tarde volando. Ya eran las 8.30. Las chicas quedaban ya todas a dormir con Ruth.
Al día siguiente le esperaba un día más relajado. Quedarían con los chicos para despedirse mejor. Y Ruth necesitaba hacer su último graffiti durante un tiempo. Barcelona sería diferente.
Llegó la hora de cenar. Ese día pasó tan rápido. Y estaban tan cansadas, que a las 10.30 ya se habían ido para cama. Tenían sueño. Y en poco tiempo se quedaron dormidas.
Querían levantarse temprano, pero el sueño fue tan profundo que eran las 12.30 cuando se despertaron. No pudieron salir ni nada. Volvieron a rehacer las maletas y ver si les faltaba algo. Después de ver que estaba todo, las cerraron. Y dijeron: Ya estamos listas para marchar esta noche.
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Al final no marchaban de madrugada. Marchaban al terminar de cenar, sobre las 11, o antes, dependiendo de a que hora tenían todo listo. Llegó la hora de comer ya, una comida rápida. Tenían raviolis, comida que a las 4 les encantaba. Al terminar decidieron ver una peli. Y después ir al puerto. A las habían quedado con los chicos, y con Paula. Iban a despedirse mejor. Ya que tenían tiempo.
Esa tarde sí que se les pasaría volando. Llegaron al puerto. Estuvieron de risas, todos se pusieron a ayudar a Ruth con su graffiti, querían colaborar y hacer uno juntos. Mientras lo hacían hablaban del tema de Carla, no se esperaban de eso. No le dieron mucha importancia, porque sino se iban a rayar. Asique, terminaron el graffiti, que les quedó genial, y fueron a tomarse un helado.
Surgieron las lágrimas entre los chicos, y Paula las abrazó a todas. No quería que se fueran. Aun no se lo imaginaba. Además, posiblemente quedarían más de semanas por lo que había pasado con Carla, aun no sabían... Álex no se separaba de Ruth. No quería ver que se marchaba. Él no podía vivir tanto tiempo sin ella. Lo mismo les pasaban a los demás... Pero era lo que tocaba. Llegaba la hora final, de decir adiós de verdad. Luego llegaba la hora de cenar y de marchar. Iban a ir en el coche familiar, asique, les esperaba un largo trayecto esa noche...
Entre lágrimas, besos, abrazos y alguna sonrisa, se despidieron todos. Esta vez hicieron la broma, de que los llevasen a todos en las maletas... Y sonrieron todos. Eran las 9, iban a salir de la cafetería cuando llegó Adri. Ruth ya ni se acordaba de él. Hasta las 10 tenían tiempo, a esa hora tenían que estar en casa para cenar y preparar los últimos detalles.
Adri fue a junto suya, y le dijo si podían hablar y despedirse decentemente, ella aceptó. Les dijo a los demás que iba a salir unos minutos con Adri, que esperasen un poco más allí, entonces decidieron tomarse otro helado y jugar al futbolín. Adri y Ruth se fueron, no muy lejos, él empezó:
- A ver, Ruth. Siento mi carácter durante estos días. La verdad, no quiero que te vayas estando como estamos. Tengo que decirte que te quiero.
- Joder... No empieces, Adri, en serio. Mira. Se acabó todo. Sigo con mi promesa. Ahora no me vale nada de esto. Sigue con Eli. Yo seguiré con mi vida como hasta ahora. No quiero enamorarme más de ti.
- Bueno, vale. Pero por lo menos no quiero perderte como amiga.
- No te preocupes, siempre estaré aquí. Ahora si tú vas a estar ahí es cosa tuya. Mira hoy será la última vez que te lo diga, te quiero. Y cuando sepas demostrarme que tú lo sientes igual, a lo mejor, todo cambia.
- Vale. Te pido perdón una vez más.
Se fundiron en un abrazo. Ambos tenían los ojos llorosos. Pero ninguno lloró.
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Habían estado hablando casi media hora. Volvieron a la cafetería, aún jugaron al futbolín. Y después todos se fueron.
Las chicas llegaron a casa a las 10 en punto. Justo acaban de preparar la cena los padres. Se pusieron a ello. Y tan pronto terminaron. Limpiaron todo. Recogieron las cosas. Y meteron todo en el maletero.
- Por fin. Nos vamos.
- Sí, va ser genial pasar unas mini vacaciones con vosotras.
- Ya. Gracias.
- Eso, gracias por llevarnos Ruth.
Todas le dieron las gracias. Se abrazaron. Y se metieron en el coche. Ya arrancaban.
Largas horas de camino les esperaba, pero entre alguna siesta que echarían, entre chistes, historias, y mucha música, llegarían a Barcelona.

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